La piel de tu abdomen comienza a estirarse sensiblemente y tu útero sigue alargándose en preparación para traer a tu bebé al planeta. En esta semana el bebé suele alcanzar una longitud de 35 cm y un peso de 1 kg. A lo largo de este último período de tres meses medrará aún unos 15 cm y triplicará su peso.
El bebé ocupa mucho más espacio y oprime su vejiga, así como los pulmones y el estómago, por este motivo precisa mear frecuentemente, respira con dificultad y quizás sufre de acidez de estómago o malas digestiones. Para reducir los dolores músculo – esqueléticos hay que eludir cargar peso, sentarse apoyando la espalda de manera vertical, cambiar de postura muchas veces y recurrir a la fisioterapia cuando sea preciso. Para sobrellevar la hinchazón es aconsejable subir las piernas y llevar ropa holgada.
Su peso prosigue aumentando, ahora ya es de 360 gramos. Esta semana sus dedos ya han completado su avance y será de ahora en adelante en el momento en que empiecen a formarse las huellas digitales en las manos y en los pies. Sus párpados prosiguen cerrados, si bien sus ojos ya comienzan a efectuar algunos movimientos esporádicos. No va a ser hasta la semana 26 en el momento en que los abra en la placenta.
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Lo importante, que tu bebé sigue creciendo, sano y feliz en tu barriga, y duplicará su tamaño en tan solo tres semanas. Es en esta fase en el momento en que empiezan a mostrarse los primeros pelos de tu pequeño, tanto en la cabeza como en las cejas. Sus aspectos faciales ahora está mucho más definidos, y sus ojos y orejas están ahora en su posición final, si bien aún no puede oír. Aun si te palpas en el abdomen podrás notar ya esta semana la parte superior del útero.
Los lunares tienen los bordes con perfección establecidos y son de color obscuro. Su diámetro puede cambiar de 1,5 a 20 centímetros. Se conoce que la acantosis nigricans podría desencadenarse por el consumo de ciertos fármacos, como fármacos para la tiroides, hormonas de desarrollo humano o pastillas anticonceptivas. Todos estos fármacos podrían ocasionar cambios en el nivel de la insulina.
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No obstante, en el momento en que no es debidamente tratada, puede acabar en diabetes tipo 2, accidente cerebrovascular o patología cardíaca. Aun si hablamos de artículos naturales que limitan bastante los peligros de reacciones de la piel o alergias, hay que comprender que el peligro cero no existe. Es por este motivo que aconsejamos, antes de masajear todo el cuerpo de tu bebé, poner unas gotas de aceite vegetal en la parte interior del codo durante unas 24 h. Y contrastar de este modo si hace aparición una irritación o una erupción cutánea. La composición del aceite de jojoba es la que más se aproxima a las peculiaridades del sebo natural de la piel, razón por la que con frecuencia se aconseja para las pieles grasas (no comedogénico). Proporciona geniales propiedades hidratantes y nutritivas para las pieles secas o con inclinación eccematosa.
Otra de las considerables posibilidades es charlar con todos tus conocidos y pedir prestado. Va a ser un enorme ahorro, más que nada sabiendo lo que está por venir. En estos instantes ahora está perfectamente formado por fuera.
Los huesos ahora están desarrollados, pero se mantienen, de momento, blandos y flexibles. Con el propósito de aumentar su solidez, la fisiología del bebé empieza a almacenar elementos esenciales para el esqueleto adulto como el hierro, el calcio y el fósforo. Además de esto, asimismo se establecen los primeros ciclos de vigilia y sueño del hijo. Sigue durmiendo una parte mayoritaria del tiempo, pero se expone más activo en ciertos momentos del día. El pequeño se parece cada día más a una personita.
¿cuándo Suelen Aparecer Las Pecas?
Son usuales en esta etapa el cansancio y la hinchazón o pesadez de extremidades,más que nada inferiores, que se ven incapaces de soportar tanto peso. No obstante, el paso más importante que tenemos la posibilidad de ver en la maduración del bebé es que su sistema nervioso empieza a funcionar, y comienza a oír los sonidos de baja frecuencia. Específicamente, puede oír el latido del corazón de su madre, una fuente de ruido que se acostumbrará a oír. La frecuencia de su ritmo cardiaco, que lograras percibir si se lo solicitas a tu médico, llega a los 160 latidos por minuto, el doble que el de un adulto. Respecto a los cambios de este periodo de tiempo, en su cerebro se están formando las células inquietas, aunque aún es muy pronto a fin de que haya ocupaciones neuronales. Su intestino está asimismo muy inmaduro, por lo que de momento sólo se encarga del pequeño líquido amniótico que traga tu pequeño.
Es el denominado calostro, el previo a la leche materna y es un síntoma de que el cuerpo de la madre se prepara para la llegada del bebé. En ocasiones también es frecuente la presión por la parte del útero del nervio ciático, lo que puede conducir a padecer dolores de espalda y piernas. El aumento de peso de tu pequeño y el estiramiento de los ligamentos pueden ocasionar en muchas mujeres embarazadas dolores en la espalda, entre ellos la tan temida ciática. Si el dolor es molesto tienes que asistir a tu médico, pero en el hogar también lograras realizar algunos cambios que te asistirán a prosperar este problema. Poco a poco vas a ver como los Kilogramos se marchan haciendo con la báscula.
Un síntoma menos visible pero mucho más molesto es el de la sudoración, debido al incremento de la retención de líquidos. Muchas mujeres sienten un cierto ardor en la cara o en todo el cuerpo, así que no te extrañes pues es habitual. Bebe de forma abundante, aunque sin obsesionarte por este motivo.
Los médicos aconsejan engordar entre 11 y 15 kg durante todo el embarazo. Si estás bajo tu peso recomendado, vas a deber engordar entre 12´5 y 18 kg. En el caso de que poseas sobrepeso, no lograras engordar mucho más de 11 kg. En la semana 8 del embarazo la columna se está poniendo recta, los codos son perceptibles y los dedos de pies y manos comienzan a formarse aunque aún manteniéndose unidos, tal y como si estuvieran palmeados. A medida que este avance puede que ahora empieces a ver otros síntomas del embarazo como las ganas frecuentes de mear.